miércoles, 3 de abril de 2024

Castella suma y Roca sigue

 El comienzo de la temporada taurina en el coso maestrante iba a estar marcado por la tónica que había precedido durante toda la semana grande en la capital hispalense. Un torrencial aguacero minutos antes de que trenzaran el primer paseíllo del año los célebres acartelados hizo que se demorara media hora el inicio del festejo.

El cartel con más polémica del invierno en los mentideros taurinos lo componían José Antonio Morante de la Puebla, pilar fundamental del abono sevillano tras su excelsa temporada anterior, Sebastián Castella, triunfador del pasado San Miguel y Andrés Roca Rey, el que arrasa en las taquillas, con una corrida dispar de hechuras y de juego de Hermanos García Jiménez remendada con un polémico segundo sombrero de Román Sorando que saltó al ruedo en sexto lugar.

Una vez los operarios acondicionaron el ruedo maestrante sonaron los primeros acordes de la banda de Tejera marcando el comienzo de la primera de abono.



Morante, estrenando un tacazo dejó pinceladas artísticas estirándose cuanto pudo con su primer Esaborio de la tarde. El toro, le hizo varios engaños por dentro durante la lidia, llegando a llevarse por delante el capote en un extraño, y no fue otro que Curro Javier con dos excelsos capotazos por bajo quien hizo mejorar la condición del toro. Con la muleta, el diestro cigarrero dejó detalles de gran nivel en el comienzo de faena, con preciosos trincherazos y algún derechazo de cartel durante lo que duró el de Matilla. Poco más pudo hacer. Con la espada desconfiado en toda la tarde el torero cigarrero. 

En segundo lugar saltó al ruedo un toro que no dejó a Sebastián Castella estirarse a la verónica, el animal, con más genio que bravura acometía con fiereza a cada muletazo que le proponía Castella. Poco a poco, con la base de la faena por el pitón izquierdo la firmeza del francés hizo que el público entrase en escena y con Tejera sonando llegarán grandes naturales de mucho mérito. Aún habiéndose excedido un poco en la medida de la faena culminó con una gran estocada que propició la primera oreja de la temporada sevillana. Una oreja de las llamadas de ley.

En el tercer acto Roca Rey se las vio de primeras con un oponente de Matilla que sería devuelto tras flojear a la salida del caballo. En su lugar, salió el primer sombrero, también de la ganadería titular, un castaño que acabaría siendo el toro más noble de la corrida, y con el que Roca Rey, alejado de toreo accesorio y triunfalista se decidió a torear en una faena que tuvo varias fases. La central fue la más condecorada, donde el peruano mandó con suavidad en las embestidas del morlaco que acudía con nobleza y ritmo sobre todo por el pitón derecho. Cuando la faena estaba en el punto más alto bajó la intensidad tanto en el ruedo como en los tendidos y tras la estocada en todo lo alto se le concedió una oreja.

Llegados a este punto, ecuador del festejo y con un resultado positivo en cuanto a trofeos todo se vino a menos mientras la noche empezaba a ser testigo de lo que acontecía. Y no solo la noche, también el frio más típico de otras épocas del año y otros lugares de la geografía española.

El segundo Esaborio de Morante aún lo fue más que el primero. Se puede resumir la tarde de Morante en un quiero y no puedo por no tener un oponente acorde enfrente, pero si podemos observar cómo la predisposición del cigarrero en todo momento estaba a la altura de una tarde como la de Resurrección. Solo cabe esperar que el genio pase este bache por el que atraviesa y pueda seguir deleitando con un toreo solo al alcance de los elegidos.

Con el quinto, Castella lo intentó de todas las maneras posibles, pero cuando no puede ser no puede ser y además es imposible. No hubo oponente digno, un toro sin transmisión ninguna a los tendidos con el que Castella acabó pasándose de faena y desesperando al respetable.

El sexto, que resultó también ser bis, pertenecía a la ganadería jienense de Román Sorando, no era hermano de los que saltaron con anterioridad pero si tenia condiciones similares. Ni siquiera Roca Rey fue capaz de sacarle nada al animal. Roca no mata, revienta.

Algo extraño sucedió cuando debió salir el sexto toro reseñado de García Jiménez, que no saltó al ruedo por una aparente congestión. Curioso que Roca no acabara matando ninguno de un lote que por la mañana no había gustado. ¿Sentará precedente?


Sevilla. Domingo de Resurrección.

Toros de García Jiménez y Román Sorando (6° bis) para

Morante de la Puebla SILENCIO y SILENCIO 

Sebastián Castella OREJA Y SILENCIO 

Roca Rey OREJA y SILENCIO 

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