En torno a media plaza para la segunda de abono en tarde agradable donde el público se mostró excesivamente cariñoso a la hora de solicitar los trofeos. Urge imponer un criterio de mayor exigencia tanto en el palco como en el aficionado maestrante.
Abrió plaza un precioso ejemplar de Fermín con el que Lama de Góngora se estiró a la verónica con gran soltura logrando escuchar los primeros olés de la tarde. El toro se arrancó con alegría y fijación al caballo, siendo picado magistralmente por "Chocolate". Parearon con brillo Juan José Domínguez y Fernando Sánchez que acabaron desmonterandose. Con run run por los buenos detalles que estaba dejando la lidia se fue Lama a brindar al público y tras unas primeras tandas sin superar las expectativas el toro se fue apagando. Por la izquierda más de lo mismo, el poco fuelle del astado imposibilitó las opciones de triunfo. Logró una estocada certera a la tercera y tras escuchar un aviso recibió una cariñosa ocasión en el tercio.
El segundo de la tarde seguiría los pasos de su hermano anterior en el último tercio. Tras no poder Ruiz Muñoz dejar ningún detalle en los primeros tercios, fue Calerito quien en su turno de quite deleitó con un ajustado quite por chicuelinas de mucho mérito. En la faena, no hubo nada más allá de detalles de corte de torero caro pero sin redondear nada por las condiciones del toro. Con la espada anduvo desacertado y fueron hasta ocho los toques de verduguillo los que necesitó para que se echara el animal. Había escuchado un aviso.
El tercero no dejó a Calerito torear a la verónica, aunque ya se veía la predisposición que traía el de Aznalcóllar. Tras brindar al padre de Espartaco se fue a los medios y enterró las rodillas en tierra comenzando así a torear en redondo. Se sucedían las series con la música de fondo, series irregulares donde se enlazaban muletazos de gran clase con otros con enganchones que no permitían que las cotas de la faena fueran creciendo. Con la mano izquierda la faena también fue perdiendo fuelle a la misma vez que el toro. Una gran estocada alentó a un público cariñoso a pedir mayoritariamente una oreja que el palco concedería.
Tras empezar a despertar la tarde, Lama de Góngora se fue a la puerta de chiqueros y tras no ejecutar la suerte con facilidad por un salto del toro a la hora de llegar al embroque le pegó dos largas cambiadas ya en el tercio. No podía dejar escapar Lama la oportunidad. El toro, con movilidad acometía a la muleta de Paco quién en unas primeras tandas complicadas e inciertas logro sacar muletazos largos de mérito. Cierto es que el toro salía con la cabeza alta y desentendida, pero esa movilidad mantenía la atención del público. La faena tomó otro vuelo cuando se echó la muleta a la mano izquierda, dejando grandes naturales que calaron en los tendidos. Fueron tres tandas irregulares donde el toro ya había entregado la moneda y hacía por rajarse pero en las que cada muletazo era más hondo, encajado y despacio que el anterior. El toro acabó rajado por completo, y a Lama que no se le podía escapar se tiró a matar recitando una estocada que fue suficiente para que se echara el animal y se le concediera la oreja.
La tarde iba para arriba, y tras haber puntuado Calerito y Lama de Góngora a Ruiz Muñoz le quedaba su última baza. El quinto fue el peor del encierro sin duda pero tampoco tuvo enfrente un torero dispuesto a solventar dignamente las complicaciones del oponente. Inédito de capote, con la muleta abrevió tras no ver nada positivo en el animal. Sufrió varios desarmes fruto de la inseguridad que mostraba el torero. Con la espada siguió el trámite con las consecuentes protestas de fondo por el espectáculo que se estaba produciendo. Fueron cuantiosos los descabellos que precisó, y tras echarse el toro escuchó pitos.
Salió Calerito al último con el mismo entusiasmo que a su toro anterior. El animal, el más feo de la corrida tuvo una movilidad que aprovechó el torero. La faena, tuvo cierto parecido con la del tercero, no terminó de haber una tanda redonda y limpia, pero los muletazos donde lograba lucimiento tenían calado. La estocada no quedó agarrada y precisó de un descabello certero. El público pidió la oreja y se le volvió a conceder. Un premio numérico un tanto desproporcionado para el conjunto de la tarde pero merecido en cuanto actitud y compromiso del joven torero sevillano. Salió a hombros por la puerta de Cuadrillas.
Sevilla. 2° de Abono. 1/2 de plaza
Toros de Fermín Bohórquez (desiguales en comportamiento y juego).
Lama de Góngora: Ovación tras aviso y Oreja.
Ruiz Muñoz: Silencio tras aviso y Pitos.
Calerito: Oreja y Oreja tras aviso.
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